Respecto al tema de la muerte digna, podemos encontrar
opiniones de todo tipo, ya que cada uno forja su opinión, inducido por su
entorno social, nivel cultural y experiencias vividas a lo largo de su vida. Aquí
en España, viene siendo actualidad el tema de una niña que tiene una enfermedad neurodegenerativa
irreversible que se le manifestó a los ocho meses y el pasado junio, con 12
años, se complicó tras sufrir una hemorragia gastrointestinal.
Los padres de esta criatura, lo único que demandaban al
servicio de pediatría, era que a su hija le retiraran la sonda a través de la
cual se alimentaba, para sedar a su hija y evitar que siga sufriendo más. Este
tipo de prácticas, solo se realizan en casos muy puntuales e irreversibles, ya
que esto en la mayoría de casos, favorece el fallecimiento del paciente. En el
entorno del colegio de médicos y de asociaciones de pacientes, hay opiniones de
todo tipo, yo voy a dar mi opinión y a narrar mi experiencia.
Considero que en momentos puntuales y ante enfermedades
irreversibles, estoy de acuerdo con este tipo de prácticas, ya que con ello, se
evita prolongar de manera innecesaria el sufrimiento del paciente. Entiendo que
cuando el paciente es alguien muy allegado a nosotros, lo queramos mantener con
vida a toda costa, pero ese paciente, aun estando muy enfermo y en sus últimos momentos
de su vida, también tienen derecho, derecho a no sufrir de manera innecesaria.
Si la enfermedad es irreversible, abogo por tratar de llevar
una vida lo más normal posible, tratando de compaginar calidad de vida con un tratamiento
que alivie el dolor del paciente, puede que algunos de esos medicamentos,
aceleren el proceso, pero lo más importante y siempre bajo mi humilde punto de
vista. Sé que todo lo que implica la palabra muerte, produce miedo de manera
involuntaria, aun así, si por desgracia en algún momento de nuestras vidas, nos vemos obligados a tomar este tipo de decisiones.
Aparquen el miedo, tómense un tiempo para pensarlo y si
tienen la oportunidad, consulten sobre este tema con sus seres queridos y con
el paciente, siempre que este pueda expresar su voluntad de manera clara y después
tomen una decisión. Les escribe un chico que perdió a su madre de cáncer de pulmón,
cuando tenía dieciocho años, tuve que ver como su vida se apagaba de manera
irreversible, durante un año y en sus últimos momentos de su vida, tuvimos que
sedarla para que no sufriera más. Deseo que la publicación haya sido de su
agrado, para cualquier duda o consulta no duden en escribirme a reflexiones015@gmail.com, espero sus
comentarios.
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